
a pimienta blanca molida tiene un sabor más suave y terroso que la negra. Es perfecta para platos donde no se quiere alterar el color, como salsas blancas, sopas claras, y purés. También se usa en platos de pescado, aves y vegetales. Además, al ser menos picante, es ideal para quienes prefieren un toque más delicado de especia. ¡Un ingrediente versátil en la cocina!